
Quizás alguien te contó que la hipnosis clínica es muy efectiva, que gracias a ella solucionó algún problema psicológico, emocional o de comportamiento, pero a tí te da miedo, no te fias, piensas ¿Y si me duerme el hipnotizador y no me entero de lo que me ocurre? Pues te diré que para nada será así. Seguro que tienes en mente los espectáculos de hipnosis que has visto en televisión o en un espectáculo en directo. Eso se llama hipnosis de espectáculo, que no tiene nada que ver con la hipmósis clínica que yo utilizo.
Para empezar te diré que durante una sesión de hipnosis clínica nunca te dormirás porque yo, el hipnotizador, te estaré hablando todo el tiempo y tu también tendrás que hablar y contarme lo que vayas viendo y sintiendo.
Comencemos por saber qué no es hipnosis: Estar hipnotizado no es estar dormido, durante la hipnosis el cuerpo está profúndamente relajado pero la mente está totalmente despierta y enfocada en el asunto a tratar.
En hipnosis entras en un estado alterado de conciencia cuyo objetivo es enfocarte en el asunto que quieres trabajar. Al tener la mente totalmente enfocada, vas a poder recordar con precisión y revivir algún asunto del pasado, quizás muy lejano, que te está afectando.
La hipnosis clínica es una herramienta más, que utilizo como parte de la terapia psicológica normal, con la diferencia de que en lugar de estar sentada frente al psicólogo estarás tumbada y relajada en una camilla y encontrarás muy rápidamente, a veces en una sola sesión, el origen de tu problema, el cual trabajaremos mediante sugestiones hipnóticas, terapia psicológica, herramientas de programación neuro linguística (PNL) y de aceptación y compromiso (ACT).