A todos nos gustaria ser más positivos, ¿hay alguien a quien no le gustaria ser más positivo? Incluso a las personas que por naturaleza ya son positivas no les importaria serlo aún más.
Lo cierto es que el entorno, la sociedad, el mundo, parece que no ayudan mucho a que podamos ser positivos ¿verdad? Contínuamente oimos «todo está fatal», desde pequeño he oido la misma expresión. De tanto oirlo y decirlo acabamos creyéndolo. Y las noticias no ayudan, de hecho nos crean esa realidad. Las noticias positivas no interesan, no venden, tenemos un morbo, una atracción por los sucesos negativos, por el enfrentamiento, y eso es lo que nos venden. ¿Qué fué antes el huevo o la gallina? ¿Fueron las noticias negativas que nos muestran o nuestra atracción hacia ellas?
Todos los dias hay malas noticias en el mundo pero hay muchas más buenas que malas. En nuestra vida si todo nos ha ido bien en el dia es una buena noticia, pero ¿a quién le interesa? Incluso en nuestro dia a dia, nos centramos en el asunto que nos ha ido mal ese dia en lugar de pensar en todas las que nos han ido bien. Es nuestra tendencia, no podemos evitarlo, ¿o sí?
El origen del problema es el pensamiento, y no es que pensar sea malo, todo lo que ha evolucionado la humanidad ha sido gracias al pensamiento. Nuestros pensamientos se transforman en palabras, acciones, comportamientos, actitudes. Somos lo que pensamos y el mundo es según como pensamos, en este mundo hay tantos mundos como seres humanos. Ese dicho «cada persona es un mundo» es verdad, cada uno crea su mundo con sus pensamientos.
Todo sentimiento, positivo o negativo, es resultado directo de un pensamiento, es decir, primero surge un pensamiento y después como reacción viene un sentimiento. Es imposible tener sentimientos tristes sin antes haber tenido un pensamiento triste. Los sentimientos siguen a los pensamientos y responden a ellos con independencia de cuánto tiempo dure el pensamiento. Todo tiene lugar en un instante. Por lo tanto lo que pensamos determina lo que vemos aunque nos parezca que es al revés, que vemos algo y después pensamos sobre ello. Otra forma de decirlo, lo que determina cómo nos sentimos es nuestro pensamiento y no nuestras circunstancias, que son neutras. Cuando achacamos nuestra infelicidad a nuestras circunstancias nos sentimos impotentes frente a la vida pero si reconocemos que es debida a nuestros pensamientos negativos, éstos si podemos cambiarlos.
¿Por qué nos parecen tan reales nuestros pensamientos? Porque nosotros los creamos.
Recuerda esto, los pensamientos son una habilidad, no una realidad. No son la realidad sino la interpretación que hacemos de una situación.
Los necesitamos para vivir en el mundo pero no debemos tomarnos a pecho todo lo que pensamos.
Podemos elegir reaccionar solo a los pensamientos positivos y no reaccionar a los negativos
La intención no es controlar los pensamientos, pues es una tarea casi imposible, sino cambiar tu relación con tus pensamientos. La idea es aceptar que los tenemos pero que no son la realidad.
¿Por qué nos parecen tan reales nuestros pensamientos? Porque nosotros los creamos.
La intención no es controlar los pensamientos, eso es casi imposible, sino elegir reaccionar sólo a los pensamientos positivos y no reaccionar a los negativos.